lunes, 25 de mayo de 2009

Pirámide de Balancán, parte de una ciudad maya

Aquí en la hacienda Los Morales, perteneciente al ejido Reforma, distante de la cabecera municipal a 55 kilómetros, donde se localiza el nuevo hallazgo arqueológico en las ruinas de Reforma, a 2.5 kilómetros de las cascadas del mismo nombre, se ubican 95 montículos –llamado “cuyos” por los lugareños--, en una extensión de 87 hectáreas que sería uno de los núcleos de la ciudad prehispánica maya descubierta en 1989 y abierta al público en 1994.

Actualmente en esta zona, visitada anualmente por más de 20 mil personas en período vacacional, está compuesta por tres edificios (uno solo y dos conjuntos), dos estructuras más, denominado “juego de pelota” y el nuevo montículo en el que se trabaja desde el 23 de marzo de este año,  con apenas el 13 por ciento de avance de toda la estructura.

Por precisión del arqueólogo Francisco Cuevas Reyes, investigador del centro INAH-Tabasco y director del proyecto arqueológico Morales-Reforma, la elevación consta de cuatro fachadas en la que apenas se lleva explorada y trabajada la mitad de una, ya que consta de ocho partes.

Cuevas externó que este proyecto se retomó en 2006 confeccionando un plano del sitio en el que se propuso trabajar en este edificio por dos razones fundamentales:

La primera, para evitar su destrucción, ya que había una serie de árboles en la cima que comenzaban a derrumbarse afectando la estructura.

“La idea es ir completando las partes del pueblo, para completar el plano, ya que es mucho mayor la extensión del sitio”, afirmó.

sábado, 16 de mayo de 2009

Descubren hondureños valiosas piezas en tumba maya


14 de mayo de 2009, 10:38Tegucigalpa, 14 may (PL) Especialistas hondureños descubrieron nueva tumba y piezas preciosas de la civilización maya en las legendarias ruinas de Copán, en el oeste del país, pero expertos aseguran hoy que están pendientes importantes confirmaciones sobre el hallazgo.

Una piedra jade, considerada aquí la más grande de ese mundo prehispánico, y la osamenta que podría pertenecer al segundo gobernador de los mayas de Copán, forman parte de la revelación arqueológica.

Reportes del Instituto Hondureño de Antropología e Historia indicaron que la recámara funeraria fue encontrada tres metros por debajo del piso en el cuarto central del templo Oropéndola, ubicado en la parte más alta de la Acrópolis de Copán.

Uno de los arqueólogos, Ricardo Agurcia, declaró a la prensa que este hecho resulta el colofón de una ardua faena, con la satisfacción de haber encontrado dentro la tumba vasijas de cerámica con alimentos, ollas de mármol o alabastro, conchas marinas, tres collares de cuentas de jade y orejeras de jade y concha.

Según el experto, los objetos confirman la firme afiliación de los mayas de Copán a la poderosa ciudad mexicana de Teotihuacán.

Dentro de cuatro meses, estimó, podría conocerse la identidad de la osamenta después de exhaustivos análisis a los pocos restos existentes en la urna.

El conjunto de los estudios, advirtió, llevará tiempo, pues es preciso analizar cientos de muestras y artefactos, antes de saber con certeza a qué integrante de la dinastía Maya pertenecen.

El esqueleto, explicó Agurcia al periódico La Tribuna, fue encontrado luego de colapsar el techo del sitio mortuorio, pues yacía en el fondo de la recámara funeraria con el cráneo totalmente desecho.

Durante las excavaciones, confirmó, se encontró también la pieza de jade más grande en el mundo Maya

jueves, 7 de mayo de 2009

Identifican nuevo grupo de dioses mayas con análisis de incensarios

MÉXICO.- Un análisis reciente basado en un centenar de incensarios encontrados a lo largo del tiempo en la Zona Arqueológica de Palenque, Chiapas, ayudó a identificar un par de nuevas deidades mayas que regían los rumbos cósmicos y que fueron objeto de culto hace más de mil años. 

Hasta ahora se pensaba que en esa ciudad prehispánica sólo se veneró a la denominada "Tríada Divina". 

La arqueóloga Martha Cuevas García, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), explicó que la llamada "Tríada Divina", de Palenque, que fue reverenciada en el período del Clásico Tardío (600-900 d.C.), está compuesta por GI, el Sol naciente y celeste; GII, K'awiil, símbolo del nivel terrestre por representar al maíz recién nacido; y gIII, que representa al Sol infraterrestre. 

Tras subdividir las variables secundarias de las deidades representadas en los incensarios palencanos, Martha Cuevas identificó que GIII o Sol Jaguar del Inframundo, se ramifica en cuatro variantes para formar dos pares: 

Uno llamado Dioses Remeros (Jaguar y Espina de Mantarraya); y otro nunca antes reconocido y a los que provisionalmente denominó Xook/Jaguar e Mir/Serpiente. 

"El hecho de que estas deidades pasaran inadvertidas -pese a que un conjunto de incensarios fue recuperado hace más de 50 años en los edificios del Grupo de las Cruces-, se debe a que las distinciones entre un dios y otro son sutiles", señaló la investigadora adscrita a la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas. 

A partir de estas novedosas evidencias -dijo-, es posible afirmar que en la práctica ritual asociada a los templos de la Cruz, de la Cruz Foliada y del Sol (que conforman el mencionado conjunto arquitectónico), participaban las dos parejas de GIII y además GI. 

"La identificación de las cinco deidades denota un cambio radical con respecto a la información que se tenía de los dioses de la 'Tríada', los cuales tal como son referidos en los textos, no muestran una correspondencia exacta con los incensarios, como en el caso de GIII del que claramente existen cuatro variantes". 

La arqueóloga Cuevas manifestó que gracias a que ahora se cuenta con un numeroso acervo de incensarios ha sido posible reunir suficiente información para poder detectar de manera contundente que la identidad de estos seres sagrados depende tanto de los rasgos del rostro de las divinidades, como de los distintos motivos iconográficos que los acompañan.