martes, 18 de noviembre de 2008
Olmecas y mayas se fusionan
Un equipo de arqueólogos que trabajan en el complejo Tak’ Alik Ab’ Aj, en el municipio El Asintal, Retalhuleu, ha encontrado un nuevo vestigio de la fusión de culturas en el país. El monumento presenta unas características extrañas y únicas hasta el momento: mezcla rasgos olmecas con mayas.
Para los científicos que hicieron el hallazgo, la escultura que ha recibido el nombre de “El portador del antepasado” representa la transición entre ambas culturas, las cuales se desarrollaron en períodos y regiones distintas.
Cuando los olmecas dominaban en el periodo preclásico tardío, del 400 a.C al 200 d. C, en los estados mexicanos actuales de Veracruz y Tabasco, en el Golfo de México; al parecer, la cultura maya estaba floreciendo en algunas partes del sur de México (actual Chiapas y península del Yucatán), Guatemala y Honduras.
Las esculturas descubiertas en el complejo Tak’ Alik Ab’ Aj formaron parte de un mismo pilar, el cual estaba esculpido por las cuatro caras de las que constaba originalmente, y medía, como mínimo, 2.30 metros. Ambas presentan signos de haber sido mutiladas.
La ubicación original de la columna se desconoce por el momento, pero debió estar en un lugar donde pudiera ser observada por toda la comunidad.
Otra de las sorpresas fue comprobar que dos piezas encontradas años antes en la misma excavación, (estelas 53 y 61, foto de la derecha) encajan perfectamente en la columna, que conserva en las dos caras textos en glifos tempranos, una especie de sistema de escritura que aún no ha sido descifrado.
El descubrimiento ha dado lugar a la aparición de diversas teorías respecto de la fusión de ambas culturas, sin embargo, algunos aspectos como que los estilos escultóricos de la base o capitel y de la figura son totalmente distintos, siguen generando dudas.
Christa Schieber de Lavarreda, directora del Proyecto Nacional Tak’ Alik Ab’ Aj, explica que el hallazgo es una muestra de que en ese sitio arqueológico, el cual se encontraba en una de las rutas más importantes para el comercio, se fusionaron la cultura Olmeca y la temprana maya.
Según la teoría de Schieber la transición se hizo sin violencia, sin que un pueblo conquistara a otro, sino por la misma necesidad de un cambio de sistema hacia el año 400 a. C., época de surgimiento de la cultura maya temprana.
La figura que presenta características del arte olmecas y bajos relieves de la cultura maya, tiene rasgos comunes —por la vestimenta y la máscara, así como por el capitel en forma de murciélago sobre el que está parado— a los de otras tallas descubiertas en sitios arqueológicos como Copán, Honduras.
En estos lugares, los gobernantes esculpidos aparecen de pie sobre capiteles similares al de Tak’ Alik Ab’ Aj, en donde el personaje principal carga a un ancestro, de rasgos olmecas, que realiza la unión con el capitel-murciélago, mediante una faja. Este simbolismo constituye toda una alegoría del culto a los antepasados, mientras una nueva civilización, la maya, se estaba gestando.
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