jueves, 3 de julio de 2008

Homenaje a los ancestros mayas


Copán Ruinas. Las plegarias a los dioses se elevaron en la oscura noche que envolvía a Copán Ruinas.
La Municipalidad de esta ciudad occidental fue el escenario perfecto para realizar el ritual maya con el cual clausuraron la décima edición de las Olimpiadas de Matemáticas de Centroamérica y el Caribe.

Los representantes de los 12 países latinoamericanos que asistieron a la competencia presenciaron este espectáculo que nos remonta a la época de apogeo de la civilización maya, cuando los sacrificios eran el símbolo para dar gracias a los dioses por la prosperidad, la esperanza y la vida.

Rito

La representación de los alumnos del instituto Jesús Núñez Chinchilla evocó tiempos pasados; los jóvenes, con atuendos propios de la época, realizaron el ritual.

Las luces se apagaron y la ceremonia comenzó, el rey maya ingresó al salón donde el fuego simbolizaba la luz a seguir.

En el ritual el soberano muestra la sangre de la serpiente, la materia sagrada de la que está formado el hombre.

En silencio, invoca a la divinidad, que a su vez identifica los cuatro puntos cardinales: el Norte significa estar en la puerta que conduce a los dioses; el Oriente, el Sol naciente; el Poniente, la puerta de la noche, y el Sur, la puerta al camino blanco o sacbé.

Luego se une a la ceremonia el cuadro de danza, que baila al son de los tambores.

Todos se ubican en el altar y en el centro y forman una circunferencia, que simboliza la esperanza; presentan ofrendas de maíz amarillo, negro, rojo y blanco.

Siguen danzando, se enciende el incienso y comienzan a rezar en lengua maya, este acto nos remonta a 1,500 años cuando nuestros antepasados realizaban este ritual para que todo tuviera éxito y los pueblos encontraran la paz y la tranquilidad.

Durante el rito, los jóvenes simulan ingerir sangre para mantener la energía del cosmo; ofrecen bebidas tradicionales a los presentes.

Aparece el cajal en escena y es el que coordina la ceremonia del sacrificio, él ofrece el incienso al Dios encarnado.

Cierre

Uno de los danzantes ejecuta el tambor.
Luego el cajal y el rey se preparan para el acto cúspide, que es la liberación y la cual sólo se logra con el sacrificio; es la manera de realizar la purificación de sus almas.

Al terminar la ceremonia la luz se enciende y las peticiones concluyen, el sacrificio renueva energías y hace comenzar una nueva vida en el pueblo maya.

Especial

Con el ritual concluyó la jornada dedicada a las matemáticas, uno de los aportes de los mayas en esta zona y en honor a su contribución Copán Ruinas les rindió tributo.

1 comentario:

Causita dijo...

nuestras culturas prehispanicas siempre fueron muy espirituales, su nivel fue elevado para lo que hay ahora.