viernes, 23 de mayo de 2008
Precolombinos del siglo XIX
“No hay misterios en la historia, solo tenemos mala memoria”. (Abel Desestress)
Las calaveras de cristal atribuidas a culturas precolombinas son falsificaciones modernas, según un estudio científico.
Los cráneos están en el centro de la trama del filme "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal", que acaba de ser presentado en el festival de cine de Cannes, en Francia.
De acuerdo con expertos, cráneos como los del Museo Británico, de Londres; el Smithsonian, de Washington y el del Quai Branly, de París, no son sino son falsificaciones del siglo XIX.
Los investigadores -que publican los resultados de su estudio en el Journal of Archaeological Science- sostienen que las piezas fueron creadas con instrumentos que las culturas precolombinas de los mayas y los aztecas no poseían.
Algunas son de bastante calidad pero otras parecen confecciones caseras
Ian Freestone, Universidad de Cardiff
Las piezas totalizan una docena y, además de las que poseen los museos de Londres, Washington y París, el resto está en manos privadas.
Las cráneos generaron tanta curiosidad como dudas desde el momento en que fueron presentados públicamente.
Sin embargo, "aparte del que posee el Museo Británico y el de París, parece que el público no fue consciente de la existencia de los demás hasta la década de los años 60 del siglo XX cuando empezó a interesar el cuarzo y el movimiento de la Nueva Era", dijo a la BBC Ian Freestone, de la Universidad de Cardiff, en Gran Bretaña.
¿El culpable?
Freestone y varios colegas utilizaron sofisticadas técnicas de peritaje para determinar cómo fueron elaboradas las piezas.
Indiana Jones se ocupará de las calaveras.
"Algunas son de bastante calidad -dijo- pero otras parecen confecciones caseras".
Tras servirse de microscopios electrónicos, los especialistas creen que los cráneos se pudieron haber confeccionado con un aparato giratorio de acero en forma de disco, con la ayuda de alguna sustancia abrasiva.
Quién acometió las falsificaciones es un misterio.
Pero en el caso de la calavera del Museo Británico, algunos sugieren la supuesta culpabilidad de un tratante francés de antigüedades llamado Eugene Boban.
"Asumimos que él compró o encargó la elaboración del objeto a algún artesano en algún lugar de Europa", manifestó Freestone.
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